El presidente sufrió una cadena de golpes electorales el martes cuyo impacto no advierte y que pueden redefinir el mapa político de EE.UU. Por detrás de estos reveses aletea el disgusto popular por los ajustes, el costo de la canasta familiar, los despidos y una abrumadora concentración del ingreso. El mismo rencor que lo llevó al poder y que ahora lo castiga.
